Sangre

¿De dónde sale toda esta sangre?
Estaba empezando a caducar; expirar, como un alimento enlatado que se pudre y oxida el empaque.
Pero la sangre es buena, pensó. La sangre demuestra que hay vida, colorea las mejillas para que seamos jóvenes también de aspecto.
Sale de heriditas insignificantes que aparecen cuando se corta cebolla. Después coagula, y se ve un granito, y uno sabe que está sanando, y que todo está bien de nuevo.
Cada veintiocho días, o menos, o más, aparece en la ropa interior... justificación para todas esas chichitas y berrinches que hizo esa semana, las lloradas sin razón, las tres relaciones que se terminaron por su culpa.
Y si usted se portó "bien", (o le espera un viaje muy esperado a la playa), se ahueva. Y si lleva un mes comiéndose las uñas del puro susto, grita, corre, sonríe, aunque duelan los ovarios y esas carajadas.

Pero esta sangre, se dijo, da ganas de llorar. Es parecido a cuando uno estaba pequeño y le salía sangre de la nariz. O cuando termina de lavarse los dientes y la espuma está manchada de rojo.