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San José, Costa Rica
Escritora. Estudiante de Cine. Profesora de Inglés.

martes, 17 de noviembre de 2009

Repita

Ayer no me dormía, porque me agarro al borde de la cama, me cubro con el edredón, cierro bien los ojos, doy vueltas, me sueno la espalda, me quito las cobijas, las tiro al suelo, espero, cuento, respiro, veo el techo, repito, repita, alguien se ahogó, y ¿quién quedo?, todo eso y lo demás, varias veces seguidas, el celular dice que ya casi amanece, y las cortinas están mal cerradas, las observo, me aperezo, me duelen los dedos de los pies, sudo el sueño, cabeceo, sudo los sueños a medias, los sueños que no entiendo, que son imágenes superpuestas a la imagen de las cortinas y de la luz entrando y de la ventana y el celular en el borde de la mesita y las manos frías, y las cobijas en el suelo, y la pereza de levantarlas, y la mano en el borde de la cama, y las técnicas de relajación fallidas, el mal entrenamiento en el yoga y meditación, ojalá hubiera aprendido mejor, pero sí cuento: uno dos tres, respiro, inflo el diafragma, sostengo, como sosteniéndo la nota, un dos tres y suelto, como soltando la nota, un dos tres y el diafragma de nuevo, y empiezan los sueños a medias, y estoy tan pendiente, siento el brazo relajarse, los ojos cerrarse, siento ya como por fin, aunque sea de día, al menos dos horas, al menos una excusa de noche, al menos para tener algo que hacer por un rato, pero nada, la mandíbula igual, igual que un fósil, igual de rocosa y empeñada en endurecer, y los dientes chocando entre ellos, y la lengua es mordida sin querer y sabe a sangre, el amanecer sanguinario, sin compasión, sin paciencia

NECESITO DORMIRME

y lo grito, lo grito pero ya es de mañana y mi papá abre la puerta, y yo ya sé, ya escuché el despertador, Repito se ahogó y yo quedé o yo me ahogué, pero todo eso no importa porque ya sonó el despertador y ya son las ocho.

Entonces le digo lo de la mandíbula, que al fin y al cabo es la peor parte, porque el insomnio es como morirse pero seguir viviendo, y eso a nadie más lo trasnocha.

Y él dice: eso es lo más grave que te ha pasado, porque eso es de verdad, no es una enfermedad inventada.

Y con eso
yo siento que la mandíbula ya no da para más y que lo mejor sería amputarla.
eso y los dedos de los pies.

2 comentarios:

P. dijo...

Eso de no poder dormir es un tedio asfixiante.

Lo que lo hace peor, es que es aburridísimo y le dan ganas de no acabarse nunca.

¿Algo así se puede compartir?
Creo que no.

P. dijo...

Quizás lo único que le sobra al texto es precisamente la palabra insomnio, que después de una descripción tan detallada, se siente redundante y me parece que estorba un poco.

Pero es nada más una opinión.