
Mami tiene mi nombre.Al menos el primero.Mami tiene un aire de mí, dicen.
Aunque ella insiste en que yo soy la versión mejorada:
mami 2.0.Mami usaba camisas de manga larga.Un día, en la casa de Sabanilla, mami estaba en la cocina haciendo un pan de banano. Yo la escuché llorar, y la vi limpiarse los ojos con la manga de la camisa.
Mami regresaba del trabajo a las siete pe eme.
Mami volvía a las siete, pero se quedaba un rato en el carro. La casa entera sonaba cuando se abría el portón eléctrico: los gatos salían corriendo y maullando, y se colaban entre las celosías.
Yo aprendí a esperar en las escaleras: mami se quedaba ahí, con los seguros puestos, y usaba la manga de la camisa para limpiarse los ojos.
Los gatos se desesperaban y rasguñaban las puertas del carro para que mami saliera. Pero ella no salía: les abría y los dejaba entrar.
Y yo, y las escaleras: en silencio.
Mami entraba a la casa a las ocho pe eme - con los gatos siguiéndola - y sacaba el Whiska's: se armaba un alboroto, y la casa de Sabanilla volvía a sonar.
4 comentarios:
Hola:
Descubrí su blog en el directorio de escritores, y me alegra mucho haberlo encontrado.
Sus escritos son muy entretenidos y honestos. Me gustan mucho y espero que escriba más pronto, porque ahorita me acabo los que están en el blog.
Saludos
Esta entrada me gustó mucho, de verdad de verdad :)
Vea, alguien me recomendó su blog. Soy un hombre grande, comencé a escribir cuando tenía casi 30 años y no soy dado sinceramente a leer a gente de tu edad. Debo decirte que me agradó mucho leerte. Me gusta esa forma tierna y desenfadada con que mirás tu entorno, es decir, con voz propia, digo: suya:
"Yo aprendí a esperar en las escaleras: mami se quedaba ahí, con los seguros puestos, y usaba la manga de la camisa para limpiarse los ojos."
Qué manera de acercarte al sufrimiento de tu madre y decirle que su dolor te dolía tanto como a ella.
Siga escribiendo. Su mirada es como aguita de montaña.
Un abrazo
AA
cómo agüita de montaña son también tus ojos, bella.
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