Mi foto
San José, Costa Rica
Escritora. Estudiante de Cine. Profesora de Inglés.

viernes, 10 de julio de 2009

Tratamiento Incompleto de un Guión no Aristotélico - ni siquiera narrativo.

Es una respostería en San José centro. Tipo Musmanni, supongo. No sé si hay alguna otra. Es ya de noche, seguro como las siete. Entra una pareja de muchachitos. Son muy jóvenes, se ven como niños. También se parecen entre ellos: tienen el pelo igual, casi el mismo corte, y los ojos del mismo color. No son amigos, eso es obvio.

Se nota por cómo ella lo ve. ¿Ha visto esas caricaturas en las que dos dibujitos se ven y se enamoran, y se les ponen los ojos como corazones?
Todo cursi, jé. No estoy diciendo que hay que ponerle ese efecto en post-producción: sería asqueroso. Pero, ella lo ve así.

Se sientan en una mesa. Bueno, ella se sienta, él hace la fila y se compra un fresco y una repostería. Ella está sentada - lo observa; le ve la pose. Sonríe con ternura, como con sorpresa, pero diferente: con emoción de re-descubrimiento.

O de conocimiento.

Es una sonrisa de satisfacción. De intimidad. De comodidad.

De
estar

en

la casa.

Pero tampoco son novios, eso también es obvio. Ella está nerviosa: habla mucho y se ríe demasiado. Él está nervioso: le pega en la frente de vez en cuando, con el dedo índice - quiere tocarla, pero sabe que no puede; bah, más como que no debería. Como un niño de kínder que le pega a la chiquita que le gusta.

O la muerde.
Pero si él la mordiera todo estaría bien. Estoy segura que ambos quisieran morderse.


Ñau.
Pero tampoco son amantes.
Cuando él llega a sentarse en la mesa, le da el fresco a ella para que lo abra. Ella intenta abrirlo pero no puede, porque siempre le cuesta abrir las botellas de plástico. Se avergüenza. Pero él la ve bonito. Ella le da la botella a él para que la abra, y después se pone a jugar con la bolsa de plástico - donde venía la respostería -. Él la observa mientras dobla y desdobla matemáticamente (y compulsivamente) la bolsa. Le dice algo sobre la manera en que ella mueve sus manos. (Pausa) Pero es que no dice manos; dice manitas. "Qué lindo ver sus manitas moverse, y recordar."
Luego, ella hace algo importantísimo.
No le da un beso.
Más bien, le dice:

- ¿Usted cree que la gente cambia?

- Sí,

dice él.

- ¿Usted cree que nosotros hemos cambiado?

Y eso es como abrir gavetas viejas.

No, la verdad es que sólo funciona si la gaveta nunca estuvo cerrada. Pero es gracioso, porque ella piensa en eso también - ella sabe, está consciente, se dice: estoy abriendo una gaveta. Y piensa en una canción que él le enseñó - una canción de un tipo que a él le gustaba mucho - que dice algo parecido; o más bien habla sobre "desenterrar palabras secas". Recuerda, de pronto, una vez que iban en el carro por Guadalupe, y él puso el cd; por primera vez, ella le puso atención a la letra, y se sintió aludida. "No consigo entender qué nos hizo estar juntos," cantaba. Y ella se ofendió.

Sí.

(Yo sé, yo sé: "pero, ¿cómo vemos nosotros todo esto?" Es que no llegamos a saberlo nunca. Es construcción de personaje. Yo sólo le estoy contando, para que entienda mejor).

Bueno, él responde que sí, que él ha cambiado. Ella cuenta que ella también cree haber cambiado. Pero luego se da cuenta que no recuerda muy bien cómo eran antes. Pregunta entonces otra cosa:
- ¿Usted se acuerda de cómo éramos antes? ¿Cómo
interactuábamos?

Él se acuerda de un par de cosas. Principalmente de cuando se iban a dormir en las noches, y de que a ella le gustaba cocinarle a veces: le hacía pasta. Ella se acuerda de que ponían el colchón en el piso, porque su cama era de madera, y sonaba. La mamá llegaba a veces a despertarlos en la mañana, y era como: di raros, por qué duermen en el piso.

2 comentarios:

jaleló dijo...

¿Un retrato íntimo? Me da pena decirlo, pero yo también experimenté ese trance romántico, y ahora puedo imaginar lo cómico que debe resultar para un espectador. El efectode post-producción se lo tiene merecido.
Lo de la cama en el suelo lo entiendo muy bien, ja, ja, ja.

Diego Arias dijo...

¿Y pasa algo después?