http://thumbelinaescribe.blogspot.com/2008/01/mesa-para-uno.html
Era cuestión de dormirse con un reclamo y soñar algo turbulento y enclarecedor; al día siguiente Mercedes despertó sin espamos musculares (fueran de ira o de tristeza), se habían ido.
Raúl había intentado explicárselo.
De repente Mercedes se sentía resueltamente idiota. Intentó llamar, mandar un mensaje de texto, salir a buscarlo. Pero no quería que con otro comentario absurdo quedara claro lo poco que sabía en realidad de sintáxis, morfología y lenguaje.
Buscó en el diccionario para cersiorarse que su sabiduría recién encontrada era compartida por la real academia española.
En efecto: enamorarse no es sinónimo de querer.
Asumió su error con calma, y algo que podía ser una sonrisita. Bueno, tenías razón.
No sabía si debía decírselo al mundo, o conformarse con saberse equivocada, y deshacerse así de sus espasmos inútiles.
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4 comentarios:
Qué dicha que Mercedes es paciente y sabe dar segundas oportunidades
Hermoso microtexto compañera. ¿Escribís prosa? Me gusta por la sencillez y condensación, te espero por casa, un beso.
Ah, sos muy buena lectora, que dicha, al chile, hace falta.
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