domingo, 1 de marzo de 2009
Fuente de la Hispanidad
Cuando era chiquita y pasábamos por la fuente de la hispanidad, abría la ventana del carro para que el agua me salpicara la cara. Un día se acabó la diversión. Mami dijo: ¡esa agua es agua sucia! Después, segura de que ella me veía por el retrovisor, me alejaba de la ventana. A veces hasta la cerraba casi toda, dejando una ranurita arriba para que unas gotas se atrevieran a alcanzarme. Y que nadie se diera cuenta. Y yo por dentro entretenida.
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2 comentarios:
mae q nivel..
yo hacia exactamente lo mismo.
que asco
pero valia la pena, ahora que van a hacer los guilas que pasan en carro cuando la fuente esta apagada?
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