Talvez no es tan trágico.
De por sí no somos de nadie
y eso de pertenecer
está sobrevalorado.
Si la adivinanza
resultara más simple,
empezar a querer
no sería tan emocionante.
Mi guitarra tiene cinco cuerdas;
todas desafinadas.
Incluso así, si lo intento,
invento alguna melodía
y la canción es su nombre.
¡Pero! silencio.
Todo a su tiempo.
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1 comentario:
Esta muy bueno, de los que más me han gustado de este blog!!
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