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San José, Costa Rica
Escritora. Estudiante de Cine. Profesora de Inglés.

domingo, 13 de abril de 2008

Tripas

El ser humano revuelve sus tripas, las prueba, le gustan, se las traga y las devuelve así adonde empezaron.
De repente el mundo se colma de caníbales del peor tipo: los que se comen a ellos mismos.
Todo aquello indefenso que los acompaña en el camino tiembla de miedo, y los mira expectante.
Ha llegado a la conclusión, después de cuidadosa observación, de que todos son ciegos y caminan tropezando, enredando las ramas, y quebrando porcelana cara. Y los que saben adonde van, esos pocos, están como mudos; al menos nadie los escucha.
Yo probé mis tripas hoy y las mastiqué con cuidado. Me ha alcanzado la epidemia de la destrucción, y ya no soy un ser indefenso. Tengo sangre en las manos, y me avergüenza mi poca fuerza de voluntad. La ira logró ganarme la carrera.
El estomago en el suelo, todo regado, la comida de hoy, y de ayer viernes. Mi evolución se quedo corta, y los demás zombies verduscos me esperan y se suben a las ventanas impacientes; creen que lideraré su juego, alguien los ha convencido que soy su mesías.
Desesperado, me meto a la ducha, enciendo el agua caliente, y dejo que limpie lo que me queda de humanidad. Me lavo la herida, la coso con hilo azul, y me miro al espejo.
Mis ojos están moreteados. La descomposición se evidencia en mis poros.
El impulso más inmediato es de quebrar el espejo, mientras abajo uno de ellos entra descontrolado.
Me doy cuenta entonces que mi estomago sigue en el suelo, y que los gatos se comen los restos.

3 comentarios:

Diego Arias dijo...

me encanta cómo comienza y cómo termina.

Ani dijo...

¡Gracias!

Anónimo dijo...

corto macabro para presentar en secreto entro los que soporten las imágenes. no sé... se me hizo muy visual y la idea de la autodestrucción inútil me atrae mucho :)