A veces hay que escapar de la cama compartida, monopolizar las cobijas, el colchón, las almohadas; ser dueño de cada extremidad propia, cerrar los labios, agachar la cabeza, amarrarse el pelo, guardar los dedos, silenciar las palabras. A veces hay que reservar el sudor para uno mismo, mantener las piernas cruzadas, los pechos dentro de la pijama, el cuarto solo, y si se hace el amor, que sea con el espejo.
a veces se quiere cama individual.
pero no hoy.
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2 comentarios:
q raro cuando uno descubre que dos caben en una almohada.
pasaba a saludar
me gusta tu blog
gracias señor,
qué dicha que le gusta lo que escribo.
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